VINO JOVEN, CRIANZA, RESERVA Y GRAN RESERVA
La clasificación de un vino como Joven, Crianza, Reserva o Gran Reserva son menciones que en España se refieren al tiempo de envejecimiento del vino. Está regulada de forma precisa y la información es parte importante en el etiquetado del producto.
El tiempo de envejecimiento o fermentación se mide tanto en barrica como en botella, existiendo especificaciones para cada caso.
Es así como tendremos que un:
Vino Joven:
Es un vino sin añejamiento o crianza, lo que significa que ha sido embotellado inmediatamente después de su proceso de clarificación. Sabemos que se trata de un vino Joven cuando en la etiqueta no hay mención del tiempo de añejamiento.
En cuanto a sus características, los vinos jóvenes suelen ser más ligeros y frutales. Deben ser consumidos en un período corto, los tintos preferiblemente en los primeros 3 años y no sobrepasar los cinco años. Los blancos en un período más corto aún, no se recomienda que superen los dos a tres años.
Vino Crianza:
Son vinos que requieren de un período de dos años de envejecimiento para poderlos comercializar, de los cuales deben permanecer en barrica un mínimo de seis meses. Esto aplica para el caso de los vinos tintos. Para los vinos blancos, el tiempo total de envejecimiento baja a dieciocho meses.
Los vinos Crianza pueden aguantar un período más largo antes de ser consumidos, pero no se recomienda que excedan los ocho años.
Los vinos tintos con denominación de Reserva deben pasar por un período de envejecimiento de tres años, de los cuales al menos uno de ellos debe ser en barrica. En el caso de los vinos blancos, el tiempo total de envejecimiento se reduce a dos años con un mínimo de seis meses en barrica.
En el caso de los vinos Reserva, el tiempo de guarda puede prolongarse entre seis y diez años.
Vino Gran Reserva:
Generalmente se encuentran vinos Gran Reserva en las añadas que han sido particularmente buenas y básicamente son tintos, los blancos o rosados son verdaderamente escasos.
Para que un vino sea denominado Gran Reserva requiere de cinco años de envejecimiento antes de su comercialización, manteniéndose en barrica por un período de al menos dieciocho meses.
El tiempo de guarda de un Gran Reserva puede alcanzar unos quince años o más.